20 de agosto de 2012

Adenopatías en los niños

¿De qué hablamos?
Hablamos de adenopatías cuando existe una alteración del tamaño y/o la consistencia de los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos forman parte del sistema inmunológico. A veces crecen, y se hacen palpables. Esto quiere decir que este sistema está trabajando de forma activa, eliminando sustancias nocivas para la salud. Se consideran aumentados de tamaño cuando los ganglios axilares y cervicales son mayores de 1 cm, o los inguinales son mayores de 1.5 cm. También nos preocupan los que tienen una consistencia muy dura, los que son muy irregulares al tacto, los que ulceran la piel supraadyacente o los que se fijan a planos profundos. Cuando aparecen signos inflamatorios en esa zona (calor, tumefacción, rubor, dolor) hablamos entonces de adenitis cervical.

¿Cual es su causa?
En los niños la mayoría de las adenopatías son benignas, secundarias a infecciones respiratorias: sobre todo debidas a virus. Suelen desaparecer de forma espontánea en el transcurso de unas semanas.También pueden estar causadas por enfermedades sistémicas como el hipotiroidismo, la enfermedad de kawasaki, sarcoidosis, linfomas, leucemias, fármacos, vacunas... en cualquier caso estas causas menos probables, aunque posibles. Lo normal es que se deba a un proceso vírico o bacteriano.

Datos a tener en cuenta 
- En los niños es normal que los ganglios crezcan, muchas veces es normal, y eso no quiere decir que el niño esté débil.
- Las causas más frecuentes son las infecciones víricas y las bacterianas.
-Se puede llegar a un buen diagnóstico, casi siempre en poco tiempo y con buen pronóstico.
- Tenemos que vigilar los signos de alarma: una adenopatía que mide más de 4 cm, que tiene un tiempo de evolución superior a 3-4 semanas; masas duras, adheridas a planos profundos de curso rápidamente progresivo, especialmente si están situadas en región supraclavicular; cuando hay otros síntomas asociados como pérdida de peso, fiebre de más de una semana de duración, dolor de articulaciones, tos, dificultad para respirar, dificultad para tragar... En estos casos lo mejor es consultar con nuestro pediatra.
- Hay "bultos" que pueden parecer adenopatías pero no lo son en realidad. Por ejemplo, en la zona cervical se pueden confundiar con paperas, quistes, hemangiomas, lipomas, bocio... o en el caso de la zona inguinal, con hernias, ovario ectópico, teste ectópco...

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