29 de septiembre de 2015

¿Cómo puedo saber si mi bebé toma la leche que necesita?

Cuando un bebé está alimentado con lactancia materna, puede aparecer la duda de si el bebé toma la leche que necesita. A veces nos gustaría que, al igual que con el biberón, pudiéramos conocer exactamente los mililitros que toma el bebé en cada toma. Como la teta no es transparente (ojalá, ¿verdad?), esto no es posible, por lo que debemos guiarnos por una serie de signos indirectos.


  • Uno de los signos más fiables es la ganancia de peso. Si el bebé no gana peso, o lo hace muy lentamente, estaremos ante un signo de alarma de que algo no va bien.
  • Micciones de escasa cantidad y concentradas, sabiendo que lo normal es que realizcen más de 5 o 6 micciones al día.
  • El niño no queda satisfecho tras la toma, llora a menudo, hace tomas muy largas o rechaza el pecho.
  • Realiza deposiciones duras, secas o verdes. Las deposiciones del lactante correctamente amamantado son típicamente de color mostaza, líquidas, y en ocasiones con puntos blanquecinos similares a granos de arroz. 
  • Realiza deposiciones infrecuentes. Con un matiz. Aunque típicamente se dice que los bebés amamantados realizan más deposiciones que los alimentados con leche de fórmula, los primeros también pueden estar varios días sin defecar, siendo esto perfectamente normal. Por lo que este punto debe valorarse en conjunto con otros signos y síntomas. 
  • La madre no notó aumento del tamaño de los pechos durante el embarazo.
  • La madre no notó la "subida" de la leche tras el parto.
  • La madre no saca leche cuando se exprime.
Si el bebé toma leche a demanda, es decir, siempre y cuando lo pida, y durante el tiempo que precise, es raro que el bebé no tome la cantidad de leche que necesita. Debemos confiar en nosotras mismas, en nuestra capacidad de lactar. Sólo cuando aparecen estos signos, debemos preocuparnos y consultar con nuestro pediatra para encontrar la causa del problema y su solución,

21 de septiembre de 2015

Beneficios del colecho

En esto del dormir y los bebés, como en todo lo que tenga que ver con la crianza, hay opiniones de todos los tipos. En concreto el colecho es un tema que levanta polémica en este ámbito. Yo me declaro pro-colecho. Me encanta, lo disfruto diariamente con mi bebé y no le veo más que ventajas. Así que en el post de hoy quiero compartir con vosotras los beneficios de esta práctica.


Pero, ¿qué es hacer colecho?
El colecho es la práctica de dormir los niños con otro adulto, en la misma cama, con frecuencia y durante bastantes horas. Algunos autores hablan de un mínimo de 4 horas, todas o casi todas las noches. Así que si alguien inicia la noche con el niño en su cuna, pero a mitad de la noche lo pasa a su cama, también podría incluirse dentro de este grupo.
El colecho es una práctica muy extendida en los humanos. Aunque en Occidente es poco frecuente, en la mayor parte de las culturas los niños duermen con sus madres.

¿Qué beneficios tiene?
  • El colecho aumenta la independencia y mejora el desarrollo psicológico de los niños. A diferencia de lo que argumentan sus adversarios no da problemas conductuales ni de personalidad, ni afecta a su autonomía.
  • Mejora la estabilidad respiratoria y la oxigenación. La respiración de la madre es un recordatorio para el bebé para que continúe respirando si tiene una apnea.
  • Mejora la termorregulación del bebé, es decir, favorece la regulación de la temperatura corporal por la noche. 
  • Provoca despertares sincronizados con la madre, y ayuda al bebé a "aprender" a pasar de una fase del sueño a otra, porque se sincroniza con la respiración de la madre. 
  • Favorece la lactancia materna, de modo que las madres que realizan colecho presentan mayores porcentajes de lactancia materna, y durante más tiempo. La producción de leche aumenta (recordad que el pico de prolactina, hormona principal en la fisiología de la lactancia, se produce de noche). Además, como la lactancia materna protege contra la muerte súbita del lactante, el colecho de forma indirecta ayudaría a prevenirlo. 
  • Aumenta las horas de sueño de las madres que amamantan,  a que favorece que la madre pueda continuar durmiendo mientras alimenta a su hijo de noche. De este forma, permite que el bebé y la madre apenas se despierten al reclamar el alimento.
Como véis, los beneficios del colecho son múltiples, tanto para la mamá como para el bebé. A pesar de que no está bien visto (todavía) por muchas personas, incluido personal sanitario, si es lo que queréis y con lo que estáis a gusto, haced oídos sordos y haced caso a vuestro instinto. No os equivocaréis.

15 de septiembre de 2015

Cómo estimular a nuestro bebé entre los 1 a 3 meses de edad

Los bebés durante sus primeros meses de vida comen, duermen y lloran, básicamente. Pero, ¿qué hacer durante esos momentos en los que el bebé está tranquilo? Podemos aprovechar para estimularlo.


Existen diferentes maneras y distintas áreas en las que podemos estimular a nuestro bebé.

Visual
  • Podemos colocar un objeto de colores vivos y llamativos en frente de él. Aproximadamente a unos 30 cm de distancia, para que enfoque correctamente. Debemos mover ese objeto lentamente a los lados, y hacia delante y hacia atrás, de modo que los siga con la mirada.
  • Situarnos enfrente del bebé, de modo que nos vea bien la cara. Le sonreiremos, le pondremos caras graciosas, sacaremos la lengua... con el fin de que nos imite. 
  • Acuesta al bebé boca arriba y cuelga de la cuna objetos, pelotas, sonajeros... para que se fije en ellos cuando quiera. Si se mueven, mejor.
  • Para estimular sus reacciones ante la luz, llévale a lugares con diferente iluminación. También puedes encender y apagar una lámpara con cuidado de no enfocarle con luz directa.
Auditivo
  • Habla con tu bebé y trata de que te identifique como la fuente de sonido.
  • Utilizaremos un sonajero o algún juguete que tenga sonidos. Lo pondremos a un lado del bebé, de modo que esté fuera de su vista. Lo haremos sonar para que lo busque, y así potenciar su oído.
  • Cuando balbucee, sonríe y contéstale.
  • Llámalo por su nombre.
Tacto
  • Acariciad a vuestro bebé, dadle besos por todo su cuerpecito. Aprovechad, luego ya no se dejará.
  • Acariciar al bebé con objetos de diferentes texturas: un pañuelo, un peluche, una esponja... todo lo que se os ocurra. Aprovecha para darle un masaje, nombrando cada parte de su cuerpo.
  • Para estimular la sensibilidad del rostro, pon tus pulgares en el centro de la frente del bebé y deslízalos simultaneamente hacia los lados. Haz lo mismo en sus mejillas, colocando tus dedos a los lados de la nariz.
Motriz
  • Ponerlo boca abajo durante unos minutos al día es fundamental para trabajar la musculatura del cuello y del espalda. Al principio no les gustará. Podéis poneros acostados a su lado, y enseñarle objetos para estimular que levante su cabecita. Acariciale la espalda en ese momento, también es de ayuda.
  • Acuestale boca arriba. Toma suavemente sus brazos y levántale hasta sentarle. Sostenle con firmeza. De esta forma ayudaremos a mejorar el control de la cebecita. 
  • Coger sus manos y llevarlas al centro, como si estuviera aplaudiendo, con el fin de que empiece a conocer sus manitos y sea consciente de ellas.
  • Acostado boca arriba, coge sus piernas y moverlas como si estuviera pedaleando.
  • Todavía es pequeño para sostener un objeto, pero puedes ayudarle a hacerlo doblando sus manos alrededor de un objeto. Si hace algún sonido, muevelo varias veces para que trate de imitar el movimiento.
  • Estando el niño de lado incítalo a que se coloque boca arriba motivándolo con algún juguete, con el fin de iniciar al niño en el volteo.
Lenguaje
  • Imita todos los sonidos que haga con un tono suave para animarlo a que siga haciéndolos. 
  • Observa la expresión de su cara y comunicále lo que sientes hacia tu bebé. Sonrie y hábable mientras le antiendes. 
  • Cántale.
Social
  • Durante esta etapa, los bebés responden a los tonos de la voz. Usa tonos dulces y afectuosos. Mientras le hablas acariciale la cara.
  • Procura acariciarle, arrullarle y sonreirle lo mas posible. 
  • Integra al resto de la familia en el cuidado del bebe
  • Dale mucho cariño mediante besos, y abrazos.

No es necesario iniciar los ejercicios de estimulación en el recién nacido. Piensa que el gran cambio que experimenta "simplemente" con su nacimiento ya es suficiente estímulo. Más adelante, se podrán realizar estos ejercicios. La mayoría probablemente ya los haréis de forma espontánea. Tampoco es necesario hacer todos, todos los días. No es necesario forzar al bebé, sino respetar su ritmo. Es un momento ideal para disfrutar de tu hijo y aprender con él cosas nuevas.

10 de septiembre de 2015

¿Hasta cuando mantener la lactancia materna exclusiva?

El alimento ideal del bebé desde su nacimiento es la leche materna. Ya os hablé en anteriores post sobre la importancia y las ventajas de la lactancia materna, a los que me remito para todas aquellas que dudéis sobre el tipo de alimentación que daréis a vuestros bebés.


Todos los bebés deberían ser amamantados por su madre (salvo contraindicación) desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad, de forma exclusiva y a demanda.

Hay bastante controversia sobre el momento de introducir la alimentación complementaria. Algunos pediatras recomendarán hacerlo a partir de los 4 meses. Podrán indicar ofrecer cereales sin gluten o posteriormente, a los 5 meses, la fruta. Sin embargo, lo ideal es mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. Así lo recomienda la Organización Mundial de la Salud o la Sociedad Española de Pediatría, entre otros.

Es importante destacar además, que debe ser "de forma exclusiva", sea materna o artificial. En algunos casos se hace distinción según el tipo de leche que reciba el bebé: mantener la leche materna como alimento exclusivo hasta los 6 meses, pero en caso de bebés que reciben fórmula, adelantar la introducción de la alimentación complementaria a los 4 meses. Esto no es del todo correcto, ya que las últimas recomendaciones indican que durante los 6 primeros meses aproximadamente, se ofrecerá al bebé únicamente leche materna o artificial en su defecto. Así lo recomiendan la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría,la Asociación Pediátrica Internacional, la Asamblea Mundial de la Salud, etc, etc,. El termino "exclusividad" implica que no es necesario ni agua, ni zumos, y tampoco infusiones (os recomiendo echar un ojo al post "¿Puedo dar manzanilla a mi bebe?)

Así pues, si tenéis dudas si vuestro bebé estará bien alimentado sólo con leche, bien sea materna o artificial hasta los 6 meses, no lo dudéis, la respuesta es SÍ.

2 de septiembre de 2015

Cómo ayudar a expulsar los gases a tu bebé

Es muy frecuente que los bebés se encuentren molestos por los gases. Por ello es motivo frecuente de consulta de los papás: ¿Qué podemos hacer para evitar o ayudar o expulsar los gases del bebé?


¿Por qué se producen los gases?
Existen varias formas por las cuales el bebé puede acumular gases. La primera de ellas es que el bebé trague demasiado aire: por ejemplo, los bebés que toman biberón suelen tragar más aire al comer. En este caso hay que fijarse si la técnica a la hora de dar el biberón es correcta. La tetina debe estar llena de leche. También ocurre si come con mucha ansiedad. Para evitar esto último, es necesario dar tomas frecuentes, y no esperar a que llore para empezar la siguiente toma (recordad que el llanto es un signo tardío de hambre). Los bebés alimentados con leche materna también pueden tragar aire, sobre todo si pasan mucho tiempo al pecho.
Otro motivo es la dificultad para expulsarlos. Hay niños que están estreñidos, y de igual forma que tienen dificultad para expulsar las cacas, también la tendrán con los gases. El retenimiento de las heces durante mucho tiempo produce que estas fermenten, produciendo gases. En este caso será necesario tratar el estreñimiento. Hay otros bebés que muestran dificultad para expulsar las heces, pero que finalmente realizan deposiciones de consistencia normal. En este caso se llama disquecia, y se produce por incoordinación a la hora de relajar la musculatura del suelo pélvico. En este caso no hace falta tratamiento, es cuestión de tiempo.
Y por último hay niños que producen más gases de lo normal, por ejemplo en patologías como la intolerancia a la lactosa (infrecuente en los lactantes), la alergia a la proteína de leche de vaca, o exceso de ingesta de lactosa (en bebés que toman leche materna, pero no vacían el pecho completamente, tomando la leche inicial, rica en lactosa).

¿Es necesario expulsar los gases siempre?
De igual forma que un adulto no precisa eructar después de cada comida, los bebés tampoco. No es obligatorio que lo hagan después de cada toma. Y además, pueden hacerlo sin que nosotros nos enteremos, puede pasar desapercibido, no hace falta escuchar el típico ruido.
Si durante la toma notas al bebé intranquilo, puedes probar a sacarle los gases. Muchos eructan y siguen con su toma tan ricamente. Si no hay indicios de malestar, no es necesario que interrumpas la toma por este motivo. Tras finalizar la toma se puede poner al bebé a expulsar los gases, con las posturas que veremos a continuación. Pero si no lo hace, y el bebé está tranquilo, no debemos preocuparnos.

¿Qué hacer en caso de gases?
Lo fundamental es evitar su aparición. Para ello debemos intentar que el bebé coma despacio, evitando que entre aire en la tetina. En caso de lactancia materna, asegurar un correcto agarre y evitar tomas muy prolongadas.
Se utilizarán las posturas del siguiente apartado. En caso de llanto,suele ayudar movilizar al bebé, con movimientos de balanceo o con palmaditas suaves en la espalda. Esto facilita la movilización de gases.

Posturas para favorecer la expulsión de gases en los bebés
Un punto clave para conseguir la expulsión de los gases es la postura que elijamos para poner a nuestro bebé.
Una de las más comunes es en posición erguida sobre el hombro del cuidador. El niño estará erguido, de modo que su cabeza quede a la altura del hombro. Se le darán golpecitos suaves en la espalda, o bien circulares, para facilitar la salida de gases.
Otra es boca abajo. Puedes poner al bebé en tu regazo en esta posición, o si no pesa demasiado, ponerlo encima de tu brazo, de modo que su estómago repose sobre tu mano, de modo que su propio peso ejerce presión sobre su barriguita.
Y por último sentado, cuando el bebé ya es mayor y puede mantenerse en esta posición. Con una mano se sostiene suavemente la barbilla, y con la otra lo mismo, se aplican suaves golpecitos en la espalda.
Si lo que precisamos es ayudar al bebé a expulsar algún pedete, se puede acostar y doblar las piernas hacia arriba, es decir, plegándolas sobre su cuerpo, o hacer el ejercicio de "la bicicleta", cogiendo sus piernas y flexionándolas una a una como si pedaleara.
Los masajes en la barriga del bebé, en movimientos en sentido de las agujas del reloj, siguiendo la dirección del tránsito intestinal, también son beneficiosos para este fin.


¿Puedo darle algún medicamento para ayudarle?
Existen ciertos fármacos que se han usado para tratar los gases en los lactantes, pero no son efectivos en todos los casos. Se ha utilizado el Aerored o enterosilicona, pero os aconsejo que sólo se lo deis a vuestros bebés por indicación de vuestro pediatra.
Recientemente se han empezado a utilizar los probióticos: Reuteri, Prodefen... para equilibrar la flora intestinal.
Fórmulas lácteas anticólicos, con formulación específica para evitar o reducir la explusión de gases, no han demostrado eficacia.
Preparados homeopáticos como el Colikind o Colimil,aunque sí que es cierto que algunas mamás cuentan sus maravillas y su efectividad, tampoco tienen respaldo científico.

¿Son útiles las infusiones?
No recomiendo las infusiones, y menos aún, las infusiones comerciales. Ya os hablé del uso de la manzanilla en bebés aquí. En caso de las comerciales, que ya vienen preparadas, tened en cuenta que es prácticamente TODO azúcar, con cantidades casi homeopáticas de plantas.

¿Y si nada funciona?
A veces pasa que a pesar de todas las medidas previas, nada es efectivo. ¿Nada? Hay algo que asegura que el bebé deje de sufrir los temidos gases: el tiempo. Sobre los 3-4 meses, suelen desaparecer por arte de magia.

Conclusión: paciencia.
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