30 de mayo de 2016

¿Es aconsejable el "Baby led weaning"?

Cada vez se oye hablar más de del Baby Led Weaning como método alternativo para la introducción de alimentos en los bebés. Esta popularidad se ha hecho sobre todo más patente en internet, de modo que han proliferado múltiples webs y espacios en redes sociales dedicadas a ello. Cada vez son más los padres que buscan información fiable y veraz sobre este tipo de alimentación, motivo por el cual he decidido lanzar esta entrada.


¿Qué es el baby led weaning?
Él baby led weaning (BLW) es un método alternativo para la introducción de la alimentación complementaria que ha adquirido cierta fama en los últimos años. El propio bebé toma las riendas de su alimentación, y es él mismo el que come lo que quiere y en la cantidad que necesita. Para ello utiliza sus propias manos, llevándose la comida directamente a la boca sin necesidad de purés y triturados.
¿Cómo se ofrece la comida?

La comida se ofrece entera. Idealmente, y sobre todo al principio, se corta en tiras alargadas para que el bebé pueda cogerlo con la mano cómodamente y llevárselo a la boca. Más adelante, cuando el desarrollo psicomotor del bebé vaya evolucionando, podrá hacer la pinza y tomar trozos más pequeños, hasta finalmente utilizar cubiertos. 

¿A partir de qué edad puede iniciarse?
Como ya os conté en la entrada "¿Hasta cuando mantener la lactancia materna exclusiva?", la leche debe ser el alimento único hasta los 6 meses de vida. Para poder iniciarse en el BLW deben cumplirse una serie de requisitos de seguridad, por lo que el momento de iniciar la alimentación será orientarivo y variará en función de cada niño. Generalmente los padres que eligen este tipo de alimentación complementaria, han elegido también la lactancia materna como alimento único de su bebé. Pero aquellos niños que han estado también leche artificial pueden beneficiarse del BLW.

¿Qué beneficios tiene?
- Favorece la autorregulación del bebé, respetando sus señales internas de apetito y saciedad, aproximándose más a las características de auto alimentación de la lactancia materna. Esto implica que no se fuerza al bebé a comer, lo que podría suponer establecer de manera precoz una relación sana con la comida, sin agobios ni dramas.
- Fomenta una mayor aceptación de los alimentos, en cuanto a variedad de sabores, olores y texturas.
- Promueve y estimula el desarrollo psicomotor del niño, ya que comer supondrá un verdadero ejercio para la prensión palmar, la realización de la pinza, la coordinación oculomanual, la masticación...
- Previene la obesidad, ya que el niño decide qué cantidad comer, a qué velocidad y en qué momento parar. Así, en el futuro, las probabilidades de que coman demasiado disminuyen.
- Favorece la transición de los alimentos triturados a los sólidos. Y es que no será el primer niño ni el segundo que no puede ver un tropezón en su puré, o tiene arcadas nada más algo sólido roza su boca.
- Favorece una actitud positiva hacia la comida. Si las primeras experiencias con la comida son positivas y saludables, los problemas como el rechazo a la comida o a ciertos alimentos, son menos probables.
- Permitir que los bebés hagan cosas por sí solos no sólo les permite aprender, sino que les da confianza en sus propias habilidades y conocimientos. Les aporta seguridad en sí mismos, permitiendo aprender a confiarse en su propio criterio.
- Permite al bebé participar en las comidas familiares, ya que comen lo mismo  que el resto y forman parte del evento social. Les resulta divertido y les permite empezar a copiar la conducta en la mesa. T
- Implica realizar menos comidas y más sencillas. El BLW no sólo beneficia al bebé, si no que evita que la familia tenga que preparar una comida distinta para el bebé, ahorrando tiempo y dinero. Si la dieta de los padres es sana, es muy fácil adaptarla al bebé. Además, comer fuera de casa se vuelve mucho más fácil, ya que con este método es dificil no encontrar algo en la carta de un restaurante que no se adapte a lo que puede tomar un bebé.


¿Y si se atraganta?
Este método de alimentación parece muy atractivo para muchos padres, pero con frecuencia se echan atrás por el riesgo de atragantamiento. Pero debemos tener en cuenta de que si se realiza el BLW bajo unas normas de seguridad básicas, no tendremos ningún problema. Para poder iniciarse con este tipo de alimentación, es necesario que el bebé se mantenga sentado sin ayuda. Esto suele ocurrir a partir de los 6 meses de edad, momento en el que además el reflejo de extrusión ha desaparecido. Así, es la propia maduración del bebe, la que determina en qué momento está preparado para iniciar la alimentación complementaria. Por otro lado debemos tener ofrecer alimentos blanditos, que se deshagan con facilidad. Los bebés, a pesar de no tener dientes, pueden comer sin problema ya que pueden machacar los alimentos con las encías. Así, debemos  evitar alimentos duros como la manzana cruda, la zanahoria cruda, los frutos secos, etc.
A veces, y sobre todo al principio, puede ocurrir algún episodio de dificultad con algún trozo. Es normal, están aprendiendo. Tenemos una serie de reflejos de protección de la vía aérea que impiden, llegado el caso, que ocurra un verdadero ahogamiento o asfixia por obstrucción de la vía aérea por algún alimento. En cualquier caso es muy importante que un adulto supervise siempre al niño cuando esté comiendo, por si en algún momento sucede un atragantamiento llevar a caso las maniobras de desobstrucción si fuese necesario.

¿Estará bien nutrido?
La leche, bien sea materna o de fórmula,es el principal alimento del bebé durante el primer año de vida. El resto de alimentos, como su nombre indica, serán "complementarios".
Es necesario ofrecer alimentos variados, con el fin de que el bebé pueda elegir entre alimentos saludables y diferentes.
Es también importante iniciar sin demora alimentos ricos en hierro, cuyo depósito en el organismo empieza a disminuir a partir de los 6 meses de edad.
Aunque una de las ventajas del BLW es la incorporación temprana del lactante a las comidas familiares, puede suponer también un riesgo, ya que las comidas de la familia pueden no ser las más apropiadas, sobre todo si no siguen un hábito de alimentación saludable. Es por ello de que la incorporación del bebé a la mesa, supone un buen momento para replantearse si la familia lleva una dieta sana y variada.

¿Existe algún otro inconveniente?
Uno de los problemas del BLW es la suciedad. Los niños juegan y experimentan con la comida, y mucha de ella termina en el suelo o encima de ellos. Es por ello importante utilizar baberos grandes (con mangas, que lo protejan todo) e incluso poner algo para proteger el suelo y facilitar así la limpieza.
El otro gran "inconveniente" es la preocupación de los demás. Quizá no sea un inconveniente de verdad, pero en ocasiones puede ser un problema. Puede que tú estés convencida con el BLW, pero siempre tendrás a alguien: el abuelo, la suegra, la amiga o el vecino... que se lleve las manos a la cabeza por darle a tu bebé un trozo de pera o de plátano en vez de un puré. Eso sí, seguro que es porque no han visto a un bebé haciendo BLW en plena acción.


¿Cómo sé que el bebé está preparado para empezar?
Tienen que cumplirse una serie de requisitos para saber que el bebé puede empezar con la alimentación complementaria:
- Se puede sentar solo con poca o ninguna ayuda.
- Estira el brazo para agarrar objetos y se los lleva a la boca.
- Hace movimientos de masticación.
- Muestra interés por la comida: él mismo se lleva comida a la boca si tiene la oportunidad de hacerlo.

¿Cómo empezamos?
Una vez que nuestro bebé está preparado, iremos incorporándolo a las comidas familiares. Idealmente, y sobre todo al principio, es mejor ofrecerle los alimentos después del pecho o el biberón. Si el bebé tiene hambre o sueño, no se mostrará receptivo. Lo sentaremos con nosotros y pondremos la comida a su alcance. Al principio apenas saborearán la comida, y fundamentalmente jugaran con ella, por lo que gran parte de la comida acabará en el suelo. Pero su curiosidad hará el resto. Es un momento de su desarrollo en que el que llevan todo lo a la boca para explorarlo, y lo mismo harán con la comida, aprendiendo por sí solos los diferentes sabores, texturas y formas. 

¿Que alimentos ofrecer según la edad?
No hay ningún orden específico para la introducción de alimentos. Lo único que tenemos que tener claro es que la introducción ha de ser progresiva para detectar posibles alergias, y que hay ciertos alimentos que debemos evitar durante el primer año de vida. En el post sobre "alimentación complementaria" encontraréis una lista muy completa de todos los alimentos que deben excluirse durante esta etapa.

¿Aconsejo este tipo de alimentación?
Depende tanto del niño como de los padres. Si se trata de un niño con alguna patología de base, habrá que consultar al pediatra si este método de alimentación es el más adecuado para su condición. Y por otro lado también depende de los padres, ya que la preocupación por que se atragante el bebé a veces hacen del momento de la comida un calvario.
En cualquier caso nada en este vida es blanco o negro. Podemos pasar de purés a BLW o viceversa en cualquier momento. 

5 de mayo de 2016

Iniciando la alimentación complementaria

¡Ay, la alimentación complementaria! Menudos quebraderos de cabecera supone en algunas ocasiones. ¿Os preguntaís por qué? Porque existen tantas pautas de introducción de los alimentos, como pediatras, casi. Y es que para esto de la alimentación infantil nada es tan cierto como eso de "cada maestrillo tiene su librillo". Pero tranquilas, en realidad es mucho más fácil y sencillo de lo que parece. Mucho más.


Como os comentaba en el post "¿hasta cuando mantener la lactancia materna exclusiva?" el alimento único de un bebé hasta los 6 meses debe ser la leche. Da igual si recibe leche materna o leche de fórmula. Antes de que me preguntéis, sé que desde los 4 meses algunos pediatras recomiendan la introducción de los cereales sin gluten, y a partir de los 5 meses, la fruta. En mi opinión, salvo casos puntuales y concretos, no se debe adelantar la alimentación complementaria. Tranquilas, hay tiempo de sobra.

En esto de la alimentación complementaria hay que tener una serie de ideas y premisas claras, que son las que nos orientarán en todo este proceso:
- primero: la alimentación se llama complementaria por algo. La leche sigue siendo el alimento principal del niño hasta el año de vida, lo demás solo la complementa y no la sustituye. Lo ideal es ofrecer primero la leche y después el resto de alimentos.
- Segundo: es necesario respetar el tiempo y los gustos del niño. Hay bebés que a los 6 meses devoran lo que pongan delante, y otros prácticamente no comen hasta los 8 o 9 meses. Hay bebés a los que les encanta la fruta pero no quieren ni oler la verdura, por ejemplo. Lo importante es no obligar a comer a un niño. Intentar que disfrute del momento de la comida, para que ese momento no se convierta en un calvario para padres e hijos, y para que el niño inicie una relación saludable con la comida.
- Tercero: no obsesionarse con las cantidades. No soy nada partidaria de recetas del tipo: 30 gramos de pollo + 20 gramos de patata + 20 gramos de judía... ¿Qué más da? Cada bebé es distinto y tiene necesidades energéticas y nutricionales diferentes. Recetas de este tipo sólo sirven para estresar a las mamás que ven, con amargura, como su bebé deja la mitad del puré (si no más) intacto en su plato. Volviendo al punto anterior, hay que respetar al bebé. Lo que a nosotros puede parecernos una cantidad adecuada, puede ser en realidad mucho en relación a sus necesidades reales. A veces no es verdad eso de "mi niño no me come" si no que en realidad es "mi niño no come como me gustaría a mí que comiera". Debemos escuchar sus señales de saciedad y apetito.
- Cuarto: los alimentos mejor introducirlos de uno en uno. La finalidad es comprobar la tolerancia a cada uno, verificando que le sienten bien y descartando así posibles alergias. Un margen de dos o tres días entre alimentos nuevos es lo más recomendable.
- Quinto: leed las etiquetas de los alimentos. Que sean productos destinados a bebés no quiere decir que sean saludables. Azúcares añadidos, grasas malas, múltiples aditivos, etc... son ingredientes que podemos encontrar en alimentos infantiles y que no son necesarios.


A partir de los 6 meses, empiezan las incógnitas. ¿Con qué alimento empiezo? ¿Sigo el esquema clásico: primero cereales sin gluten, luego fruta y después verdura? Pues la respuesta es también bastante sencilla: da exactamente igual. Quizas algunas mamás os llevareis las manos a la cabeza. ¿Cómo va a dar igual? Pues la verdad es que sí. Pensad en un bebé español y un bebé japonés, por poner un ejemplo. Las costumbres socioculturales en cada país son bien distintas, y cada bebé empezará su alimentación complementaria en función de los alimentos que acostumbre a comer en su sociedad. Y no pasa nada.
Seguro que a la mayoría de vosotras os han dado un papel fotocopiado con un completo esquema temporal, mes a mes, del momento idóneo para introducir los distintos tipos de alimentos. Este calendario ya se ha quedado obsoleto y realmente podemos introducir la mayoría de los alimentos a partir de los 6 meses, con algunas excepciones que os explicaré más adelante. Lo realmente importante es realizar una introducción gradual de los alimentos.

Vale. Queréis empezar la alimentación complementaria. Por ejemplo, habéis elegido los cereales como primer alimento. ¿Cómo lo hacemos? Es muy sencillo.
Puede hacerse de la forma clásica, mediante cereales "de farmacia" y añadirlos a la leche del biberón o leche materna. En función de cuantas cucharadas añadamos, quedará más o menos espeso, y podremos darlo como un biberón tal cual o como una papilla.
Un ejemplo de introducción de los cereales puede ser añadiendo un par de cucharadas al biberón de la mañana y otras dos al de la noche, preparar una papilla de 3 o 4 cucharadas en una de las tomas del día y no darle más cereales en el resto del día... es muy variable, y dependerá de las preferencias de la madre (y del bebé).
¿Preferís algo sólido? Podéis darle tortitas de cereales sin sal, pan sin sal, arroz bien pasado... las opciones son tan amplias que darían para otro post.

En cuanto a la introducción de la fruta existen también muchas formas distintas. Puedes hacer un puré de frutas, o bien chafarle alguna con un tenedor y dárselo con la cuchara. Se puede comenzar con una papilla de manzana (fresca o compota), esperar un par de días y añadir una pera, después naranja... como os decía la idea es dejar un margen de días entre un alimento nuevo y otro para detectar alergias. Por otro lado puedes darle algún trozo entero para que el bebé lo vaya chupeteando y mordiendo.

Las verduras las puedes ofrecer en puré, mezclado con alguna proteína. Puedes poner en una olla agua con patata, puerro, judia, zanahoria, judias, calabacín... Lo que se te ocurra. Y un cachito de pollo, conejo, cordero, pavo, ternera... Las combinaciones son muchísimas. Una ves hervido se retira el exceso de agua, se añade un chorrito de aceite de oliva virgen extra y se tritura. De igual manera, no debes introducir todos los alimentos juntos de repente, si no ir añadiéndolos poco a poco. 

¿Mejor potitos comprados en el supermercado o farmacia, o los caseros? Sin duda mejor los caseros. Nada mejor que una comida recién hecha y con productos frescos que nosotras mismas hemos seleccionado. Los potitos es mejor dejarlos para momentos puntuales en que no estemos en casa.

¿Y que pasa con los alimentos más alergénicos? Como puede ser el huevo, el pescado, las legumbres... alimentos que se han pospuesto en el calendario de introducción de los alimentos incluso hasta más allá de los 12 meses. Pues bien, cada vez se tiende a introducirlos antes. Es decir, se ha visto que por tardar más en introducirlos, no hay evidencia de que haya menos incidencia de alergias alimentarias. A partir de los 6 meses puedes introducirlos sin problema.

¿Y el yogur? Todas las mamas preguntáis por el yogur. Para los bebés que ya toman leche los yogures no son imprescindibles, es mejor priorizar antes la introducción de otros grupos de alimentos, por lo que yo los pospondría a partir de los 9-12 meses. Nada de yogures especiales para "bebés", tienen azúcares y porquerias añadidas. Buscad en vuestros supermercados yogures naturales de toda la vida.

Los alimentos que debemos excluir en esta etapa son: 
- Aquellos susceptibles de producir un ahogamiento en un bebé: frutos secos, granos de uva enteros, cerezas, aceitunas... Cualquier cosa que pueda obstruir la vía área y nos pueda dar un susto. 
- Sal y alimentos salados. No es necesario salar los alimentos que prepares para tu bebé hasta el año de vida.
- Pescados grandes como el pez espada, tiburón, Lucio, atún rojo, conservas de atún... por su contenido en mercurio y otros metales pesados.
- cabezas del marisco y cuerpo de cangrejo o crustáceos similares a el, por su contenido en cadmio.
- Espinacas, col y acelgas,y otras verduras de hoja verde, por su contenido en nitratos y riesgo de metahemoglobinemia.
- Miel, por riesgo de botulismo. 
- Infusiones y otras bebidas sin valor nutritivo como el café, refrescos azucarados o edulcorados. 
- azúcar. Tampoco es necesario endulzar los alimentos con azúcar, evitando los alimentos que lo contengan en exceso. 
- Desnatados.

Existe una tendencia cada vez más presente en nuestra sociedad a introducir los alimentos en trozos directamente, sin triturar. Es el llamado Baby Led Weaning o alimentación / destete guiado por el bebé. Se trata de una forma de alimentar a un bebé sin usar papillas, purés o triturados. Es el bebé el que elige qué comer, llevándose el mismo los alimentos a la boca. Prometo un post aparte hablándoos de este tipo de alimentación.
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